Dos de los principales enemigos del chocolate son: el calor -especialmente cuando la temperatura tiene oscilaciones-
y la humedad.
Ambos factores son típicos del verano.
No existe una solución mágica pero a continuación te damos un par de consejos:
Es importante mantener el chocolate en un lugar fresco y seco, pues con elevadas temperaturas se funde con facilidad.
La nevera o el congelador no son los lugares ideales para los bombones pues no son espacios secos.
Además, cuando se retira, el cambio brusco de temperatura provoca condensación sobre el chocolate y lo terminará secando.
Sin embargo, durante el verano si nos estás en un ambiente con aire acondicionado, el chocolate debe ser refrigerado.
Para evitar la contaminación con otros olores es recomendable envolverlo muy bien o introducirlo en un recipiente hermético.
En el caso de los bombones, como ya están presentados en una caja cerrada, recomiendo colocarlos directamente en la parte menos fría de la nevera (donde normalmente colocas las verduras y hortalizas).
Si dispones de una nevera/cava de vinos, entonces su conservacion será óptima si lo colocas en la zona de los vinos tintos a unos 12-16 ºC -no tan fría como la de los blancos-.
Cuando desees consumirlos, los retiras un rato antes para que los bombones hayan tomado la temperatura del ambiente: así estarán en la plenitud de su sabor y liberarán todos sus aromas.
Además, esto evita que se forme condensación sobre el chocolate.
Con el fin de preservar la mejor esencia del chocolate, lo ideal es guardarlo en un lugar oscuro, una despensa o armario, además de fresco y sin humedad.
De esa manera, el chocolate no tiene la experiencia de la condensación ni es perjudicado por la luz solar directa.
La luz solar intensa no es buena para el chocolate amargo o con leche pero es peor incluso para el chocolate blanco,
que es más sensible a los factores externos en su conservación.
Feliz Verano!!!