LA VISTA
El chocolate tiene que ser brillante y de aspecto uniforme.
Una conservación no adecuada por cambios bruscos de temperatura o por oxidación al no estar cubierto, puede provocar un aspecto blanquecino superficial. Se denomina fat bloom, proviene de la separación de la manteca de cacao del chocolate que migra a su superficie.
El color del chocolate negro deber marron intensamente oscuro.
Una tonalidad caoba, es decir, rojiza, indica un mayor refinamiento.
El color del chocolate con leche debe ser intermedio, ni muy claro ni muy oscuro.
EL GUSTO
Su textura ha de ser suave, sedosa y uniforme.
El primer sabor que debe percibir nuestro sentido del gusto será amargo e inmediatamente después, un toque dulce y ácido al mismo tiempo. Luego se percibirán los otros ingredientes según la variedad que se esté degustando.
El buen chocolate se funde en la boca y nunca debe ser arenoso o granulado.
Este resultado lo produce el elevado porcentaje de manteca de cacao que contiene el chocolate puro y garantiza su calidad final.
El sabor del buen chocolate debe permanecer en la boca y no desvanecerse con rapidez.
EL TACTO
El chocolate e calidad debe tener una textura solida de calidad debe ser firme y quebradizo.
Se puede evaluar la calidad del chocolate mediante un pequeño test: ponga un trozo de chocolate en la palma de la mano y ciérrela,
si tras 20 segundos el chocolate no se ha fundido, no es de buena calidad.
EL OLFATO
El chocolate es un alimento muy aromático; los aromas frutales, florales, de nueces y de malta son característicos del buen chocolate.
Cuanto mas intenso y persistente es su aroma a cacao, mayor es su calidad.
EL OIDO
El buen chocolate es quebradizo, se rompe con facilidad. Hay que estar atento al sonido que resulta al partir un pastilla de chocolate.
Si es limpio y seco, el chocolate es de buena calidad, si es apagado no lo es.